La energía que aprendimos a usar

El Zulia del futuro tendrá dos visiones diferentes de lo que serán combustibles para autos en el Zulia: la de los carros eléctricos que recibirán la carga del sol a través de paneles solares, y el biodiésel, carburante vegetal proveniente de la palma aceitera.
Óscar Andrade

Óscar Andrade

Maracaibo en 1965. Periodista de Versión Final especializado en sucesos.

PRESENTACIÓN

El Zulia del futuro tendrá al menos dos visiones de cómo se movilizarán los autos dentro de 50 a 100 años: la de los carros eléctricos, que recibirán carga solar con una mezcla de oxígeno e hidrógeno; y el biodiésel, combustible vegetal proveniente de la palma aceitera.

EL ZULIA APLICÓ GRANDES TECNOLOGÍAS SOLARES, DE OXÍGENO E HIDRÓGENO

“Oxígeno comprimido e hidrógeno serán el futuro de la movilidad del transporte, de la economía, de la industria. Ya hay sistemas donde comprimen el oxígeno y consiguen una gran fuerza inicial, que permite un efecto de combustión a través de la fuerza de la gravedad”.

Así lo explicó a Versión Final Augusto Pradelli, mentor de Caribe Carros, emprendimiento que desarrolla con base en su experiencia como piloto de autos de carrera, en las categorías Dragster y Heavy Bracket, de este último ganador en cinco años seguidos, de 2002 a 2006.

«Vendrá una tecnología donde el panel solar será más barato que una batería, mezclado con oxígeno e hidrógeno. El futuro sigue siendo el motor eléctrico, pero pudiera ser el híbrido entre el oxígeno, el hidrógeno y el panel solar, que es la célula fotovoltaica», refirió el corredor de autos y constructor de chasis y carrocerías.

La célula fotovoltaica es un dispositivo electrónico que convierte la energía procedente de la radiación solar que llega a la Tierra en forma de luz (fotones) en energía eléctrica (electrones), gracias al efecto fotoeléctrico, explica en su web la empresa española Iberdrola, dedicada a la producción, distribución y comercialización de energía.

Maracaibo es una ciudad que de por sí es perfecta para utilizar la luz del sol, «es a muy bajo costo, los paneles solares son cada día más baratos. Un panel solar cuesta 120 dólares”, afirmó el deportista de origen italiano.

Pradelli habló de estaciones de paneles solares, con recarga de estos, casas inteligentes con paneles solares, plazas públicas, pero usando el hidrógeno, el oxígeno, “con este oxígeno podemos mover motores a futuro”.

La mezcla adecuada que produce la explosión del pistón al tener el oxígeno hace autoexplosión, resaltó. “Imagínese una máquina compresora de aire, que el aire lo toma del oxígeno común, no nos cuesta nada, lo comprimo y lo envío, luego la gravedad me mueve una válvula y es gravedad-oxígeno, gravedad-oxígeno, ese es el futuro”, apuntó, haciendo analogía al encendido de un yesquero en una cocina.

«Oxígeno comprimido e hidrógeno serán el futuro de la movilidad del transporte, de la economía, de la industria».

LA INNOVACIÓN QUE RECORRE LA CIUDAD

El ingenio de Augusto Pradelli lo ha llevado a construir y mostrar cuatro autos eléctricos al público maracaibero.

Destaca uno con colores amarillo, verde y rojo, con el número 27, al que bautizó “Marco”, para homenajear a un trabajador que estuvo a su servicio durante 37 años y a quien “la pandemia se llevó”. Tiene tres ruedas de moto, dos adelante y una atrás. Este carro antes funcionaba a gasolina, sin embargo, el motor emitía un ruido muy fuerte que llegó a aturdir a Pradelli.

También resalta “Catatumbo”, un carro eléctrico de color negro que luce su nombre en la parte delantera y dibujos de relámpagos a los lados. Es liviano, con una carga puede circular 150 kilómetros, como decir, de Maracaibo a Cabimas.

“Puede llegar a Cabimas, el problema es devolverse pero entonces uno allá le vuelve a recargar”, afirmó Pradelli.

Junto a “Catatumbo” mostró otro carrito eléctrico de color verde, con el que guarda cierta similitud.

Figura un carro de panel solar, de comida, que lo creó en la pandemia, porque no podía abrir Caribe Concert y llevaba en esa unidad los productos de ese establecimiento a lugares como la Vereda del Lago y la Plaza de la República. Tiene una velocidad lenta pues no pasa de 36 kilómetros por hora, porque es solar, detalló el emprendedor.

Otros dos carros están en el taller: son “Quántico”, uno de los últimos prototipos que se recarga con frecuencia. “Con él hemos desarrollado la opción de carga inalámbrica, sin conexiones, sin cables, utilizando los principios de Tesla. La distancia para hacer esa carga es corta, 20 a 30 centímetros, no hay un contacto físico”, subrayó el ítalo-maracaibero.

La otra unidad es híbrida, funciona con gasolina y con electricidad, incluso con esta llegó a viajar hasta Valera, desarrollando una velocidad lenta, pero realizando la carga eléctrica y empleando menos combustible.

LA PALMA ACEITERA REVOLUCIONÓ OTROS COMBUSTIBLES

No solamente la electricidad o el sol se perfilan como factores para garantizar la movilidad futura de los carros en Maracaibo.

El biodiésel también entra en juego como otra alternativa para mover vehículos en la ciudad.

La decana de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), Ana María Colina, se refirió a ese combustible y a la planta que lo origina: la palma aceitera.

“Es una planta de gran versatilidad porque también se puede utilizar para lubricantes, aceite de motor, para biodiésel, que es el futuro”, remarcó la decana.

El biodiésel, especificó la catedrática, es un combustible de origen vegetal que sirve para todo tipo de vehículos, desde autos livianos hasta pesados. Precisó que hay un gran potencial de la referida planta en el Zulia.

“En el Sur del Lago de Maracaibo, se está hablando de alrededor de unas 200 mil hectáreas sembradas en esa zona, lo que la hace un polo productivo de palma aceitera en Venezuela y estimamos también a nivel mundial”, afirmó.

En ese centro de producción de la palma, asevera, hay cinco plantas extractoras, y analiza que esta actividad con la palma seguirá dinamizando la economía en la subregión surlaguense, incluso en 50 años.

El aceite de ese producto vegetal se extrae de un fruto parecido a la ciruela. Después, ese aceite se traslada desde las plantas extractoras hasta una refinadora ubicada en el centro del país.

Se mostró partidaria de que en el futuro, en unos 50 años, el Zulia pueda con un centro refinador en el Sur del Lago, para reducir el tiempo de obtención del producto final y no depender tanto del centro para lograr la distribución del accidente al occidente venezolano.

La universitaria no ahondó detalladamente en el procesamiento del biodiésel, aunque explicó que básicamente se extrae de los frutos de la palma.

«Tenemos un gran potencial en el Sur del Lago de Maracaibo, se está hablando de alrededor de unas 200 mil hectáreas sembradas en esa zona, lo que la hace un polo productivo de palma aceitera en Venezuela y estimamos también a nivel mundial».

EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA ESCENA

También se refirió al cambio climático, en relación con el uso del combustible actual.

“En 50 años ya nosotros tenemos que apostar a temperaturas mucho más altas, incluso se está hablando de elevar un grado por año, sobre todo en zonas muy calientes como Maracaibo. Se habla de que a la vuelta de 20 años podemos estar en temperaturas de 50° C”, estimó.

A juicio de Colina, el cambio climático, en parte, es el resultado de la utilización de combustibles fósiles, combustibles de petróleo, de la gasolina.

Para la decana, se debe disminuir el uso de ese combustible fósil, proveniente del petróleo, y trabajar con el biodiésel, que cree es una de las oportunidades para la palma aceitera.

 La visión de Colina, en 50 años o más, es que los carros que se vendan en Venezuela y en el Zulia también utilicen combustible diésel de origen vegetal, de la palma aceitera, tal como ocurre en Brasil, en el caso del etanol.

A finales de 1975, en Brasil, se creó el Programa Nacional de Alcohol (Proálcool, en portugués), “teniendo como objeto la atención a las necesidades del mercado interno y externo y de la política de combustibles automotores”, especifica la Unión de Industria de la Caña de Azúcar (Unica) de ese país, a través de su trabajo bibliográfico “Producción y uso del etanol combustible en Brasil”.

Ese programa, refiere la mencionada unión de productores, “tuvo como instrumento el incentivo a la producción del etanol oriundo de la caña de azúcar, de la mandioca (yuca) o de cualquier otro insumo”.

Mientras tanto, Maracaibo se debate entre largas colas para surtir combustible y el advenimiento de uno que otro vehículo eléctrico que recorre la ciudad.