El metaverso domina en 2100
Si el cerebro humano piensa en imágenes, ¿no sería más fácil aprender sobre la antigua Roma trasladándose hacia allá y viéndolo todo en escala real? Al menos un 60 % de los estudiantes recuerdan aquello que vieron y escucharon, es decir, la mayoría logra retener el conocimiento con el interactuó y se le permitió involucrarse, afirma un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).
Mairaly González
Cabimas, 2000. Periodista de Versión Final. Universidad Rafaél Belloso Chacín (Urbe)
Está comprobado que la experiencia facilita la adquisición de conocimientos, y profundizar en ella es lo que permite que el aprendizaje sea más rápido y se consolide en la mente de las personas. Por eso, la llegada de la realidad virtual a las universidades venezolanas tiene el propósito de cambiar las antiguas metodologías de estudio y optimizar resultados en los alumnos.
El Metaverso es un universo virtual, un nuevo espacio donde la tecnología brinda posibilidades infinitas para experimentar un “cambio de dimensión”, pasando del mundo físico al digital, adentrándose completamente en él gracias a unos lentes de realidad aumentada y un control en cada mano que ayudan a moverse, visualizar, escuchar y hablar dentro de este extraordinario espacio, tal y como lo hacemos en la vida real.
“Es una herramienta que da una potencialidad muy grande. La persona que se adentra en la realidad virtual puede ver cosas mientras está sentado en un sitio, y sin necesidad de moverse vive cosas que parecen reales, la tecnología del metaverso tiene tal poder de convencimiento que la persona lo siente real”, explicó el profesor Jesús Cendrós, ingeniero y actual director del departamento de Tecnologías de la Información (TIC) de la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín (Urbe).
Parte de los beneficios que esta iniciativa busca es ampliar las formas de adiestramiento a través de la creación de aulas de realidad aumentada en las instituciones, donde los cursantes de educación superior pueden hacer prácticas realistas como visitar Jerusalén y ver todo en tamaño real para estudiar historia universal, o entrar a un quirófano y atender una cirugía a corazón abierto para una clase de estudiantes de medicina. Todo aquello que en el mundo físico puede ser costoso o riesgoso para la seguridad de los estudiantes, es posible dentro del Metaverso.
Cendrós detalló que enseñar a través de unos lentes que permiten que el alumno vea recreado aquello que se le explica y además pueda ser partícipe de ello, “es un avance increíble” en la educación.
“Para efectos del docente es muy bueno este instrumento porque amplía sus capacidades de transmisión del conocimiento de una forma agradable, dinámica, real e impresionante. Es muy valioso para el estudiante porque él se sumerge en esa realidad y percibe con gran facilidad e impacto el conocimiento que se le quiere impartir, eso hace que aprenda mucho más rápido, que entienda con más facilidad, porque lo está viendo, lo está viviendo”, expresó.
“Por ejemplo, a través del metaverso se pueden ejemplificar un suceso, o unas elecciones o un ataque terrorista con la ayuda de la realidad virtual. Es decir, ahora podemos estudiar de una forma más descriptiva y vivencial”, explicó José Manuel Villasmil, estudiante de la universidad marabina.
El equipo de Versión Final fue invitado a una de las primeras aulas de realidad aumentada en la capital zuliana para conocer los primeros pasos que la ciudad está dando en cuanto a la educación digital del futuro.
La pequeña sala de realidad virtual está en la planta baja de la biblioteca de la Urbe, con dos escritorios y ocho lentes de realidad virtual, cada uno con sus dos controles. Al ingresar en el silencioso espacio, lo más llamativo es el televisor ubicado en el centro del salón, donde se puede ver ilustrado lo que esté visualizando el profesor en sus lentes.
Con los estudiantes sentados, un joven asistente da indicaciones sobre cómo cada uno debe colocarse las gafas y los controles en sus manos. El docente también se coloca sus lentes para iniciar la clase. Con cada control en mano el usuario puede ejecutar acciones con su cuerpo en el metaverso, como sujetar algún objeto, tocar un botón o incluso usar una tablet donde tiene los apuntes de la clase.
Al iniciar, el alumno observa su propio avatar, una representación humana con cierta similitud a los gráficos de las series infantiles animadas. Una vez dentro de la nueva realidad, se escoge entre usar un gran salón de conferencias o traslados virtuales para observar otras ciudades, paisajes, y hasta juegos.
“Tú entras, te colocan los lentes, te colocan unos controles y los vas manejando como en una consola de Wii. A medida que te acostumbras a lo que ves, vas entrando a esa realidad virtual, que es muy interactiva. Cuando usas los lentes puedes jugar, leer, incluso viajar a otros mundos”, detalló Christian Coronel, cursante de Comunicación Social.
Asignaturas que abarcan edición de videos y retoque de fotografías ya están experimentando sus primeros encuentros con la realidad aumentada. Ricardo Lugo, visitante del aula, relató su experiencia.
“En la clase que yo viví pude darme cuenta de que en la realidad virtual era mucho más fácil acercarse a la imagen, apreciar los cambios que le estaba dando a la fotografía que yo estaba editando, y a su vez notar muchísimo más los detalles dentro de este tipo de plataforma que precisamente busca cautivar al estudiante. Creo que es una herramienta muy importante de cara a la educación no solo en el Zulia sino a nivel mundial (…) Es una nueva forma de presenciar la educación”, comentó el joven de 21 años.
«La inteligencia artificial llegará cada vez más al aula, pero trabajará con los maestros. No los reemplazarán por completo. Serán mejores en distintas cuestiones: tendrán interacciones más rápidas, efectivas, precisas y personales con los estudiantes, pero los humanos desempeñarán otras funciones que los robots no pueden..».
TENDRÁS UNA VIDA ENTERA EN EL METAVERSO
Uno de los propósitos de la creación de Meta es “que el ser humano pueda estar en diversos lugares a la vez”, así lo expresó Mark Zuckerberg, creador de Meta, la empresa promotora del Metaverso.
El magnate afirmó que en un futuro se espera que las personas puedan incluir gran parte de su vida en el metaverso, pudiendo estudiar con una experiencia envolvente mientras pueden “teletransportarse” instantáneamente como un holograma para estar en oficinas, reuniones o en casa, lo que significaría toda una revolución digital que iría más allá de lo educativo: cambiar la vida de los ciudadanos.
Eyla Torres, estudiante de la Urbe en la facultad de Humanidades y Educación, asegura que con los avances tecnológicos en las próximas décadas, el ser humano va a estar inmerso en la realidad virtual. “Vas a hacer multitasking, (multitarea), vas a poder estar en el metaverso estudiando, viendo clase y a la vez trabajando o estando en casa haciendo oficios”, explicó.
La joven de 20 años de edad imagina un año 2100 con clases completamente a distancia, unos lentes de realidad virtual mucho más popularizados para cada estudiante y un contacto con los docentes a través de hologramas, de manera que, así como hoy día cualquier joven puede participar en una videollamada a través de su celular, en el futuro podrán asistir a clases en el metaverso conectándose desde casa, con sus propios equipos.
“Yo creo que lo ideal sería tener algún tipo de holograma en el que tengamos al profesor y lo podamos ver en casa, y en simultáneo, el profesor me pueda ver a mí, parecido a cuando un profesor sube una clase en Youtube, él explica todo y yo puedo escucharlo, procesar la información, y así como un video en internet, puedo regresarlo, pausarlo y volver a reproducir para ir estudiando a mi tiempo y a mi ritmo (…) Lo más probable es que también podamos usar lentes de realidad virtual, a lo mejor en su momento vayan a cambiar un poco su forma, porque ahora son como muy aparatosos o grandes, de pronto en ese momento van a haber unos lentes como los que yo uso hoy día para leer”, detalló Torres.
Al imaginar el porvenir de las universidades, la desaparición de las clases presenciales es uno de los principales temas. La propuesta, que llegó desde mucho antes del metaverso, se transforma en una realidad a medida que avanzan las nuevas generaciones, cada vez más vinculadas a la tecnología.
“Ya hay universidades online que con las clases a distancia te dan tu título y tú aprendes en esa modalidad. Yo creo que las clases online van a ser mucho más llamativas con lentes de realidad virtual, más prácticas, más parecidas a nuestro estilo de vida, porque no es un secreto para nadie que ir hacia la universidad todos los días y estar tanto tiempo allá te limita de hacer más cosas. Con las clases online y esos avances tendremos más posibilidades”, expresó Torres.
En la actualidad, empresas como VictoryXR están trabajando en la evolución de las universidades que se mudarán del concreto al metaverso. Steve Grubbs, creador de la compañía, formó alianzas con Meta para poder diseñar las universidades dentro de la plataforma, de modo que los estudiantes usarán sus gafas y podrán “entrar” a las modernas infraestructuras creadas en mundo digital.
Grubbs señaló que su proyecto está basado en la opinión de alumnos como Eyla, jóvenes que, enamorados de la tecnología, desean que en los años venideros ya no exista el anticuado modelo que incluye unos pupitres, una pizarra y decenas de oyentes encerrados en un aula, sino un verdadero abanico de alternativas para adquirir el aprendizaje de forma más eficaz y atractiva.
“Llegué a la conclusión de que si a los estudiantes no les encanta aprender, siempre será difícil lograr que aprendan. Así que me propuse crear un producto que despertara en los estudiantes el amor por el aprendizaje”, expuso Grubbs en una entrevista con la revista Forbes.
A pesar de lo prometedor que podría ser adentrar la educación superior por completo en la realidad inmersiva, Christian Coronel mantiene el amor por la dinámica y cercanía que ha vivido en clases presenciales, por lo que asegura que la posibilidad de ver cara a cara a los educadores en la universidad no debería perderse.
“Yo no querría creer que lo presencial se eliminará completamente, pero al camino que vamos es lo más probable. Claro, estamos hablando de 80 o 100 años más adelante, muchas cosas podrían pasar en el mundo. Es muy probable que las clases para las generaciones venideras sean a distancia, pero yo apostaría a que no se eliminen completamente”, opinó Coronel.
Por su parte, el profesor Cendrós asegura que niveles como pregrado no deberían ser exentos de las clases presenciales ni del contacto persona a persona en un aula. “Cuando se habla de primaria, secundaria, pregrado, no creo que debamos sustituir todo, porque no es conveniente, son estudiantes jóvenes que necesitan un nivel de socialización muy importante. Necesitan conectar con otros jóvenes de su misma edad, hacer amigos, tener encuentros”, expuso.
El también director del departamento de educación a distancia de la institución zuliana asegura que en niveles como postgrado y especializaciones la propuesta podría ser idónea, tratándose de un público más adulto y con menos tiempo disponible para dirigirse a la institución.
“Si me hablas de un postgrado, me parece muy bien que sea por completo en la realidad inmersiva, pero para los más jóvenes, la presencia del ser humano, el contacto con el docente, debe darse. Tú no puedes encapsularte en tu casa”, agregó.
¿QUIÉN SERÁ EL PROFESOR? ¿UN ROBOT O UN HUMANO?
En la actualidad, la Inteligencia Artificial (AI) ha logrado que dispositivos electrónicos puedan recibir comandos de voz del ser humano y responder de forma óptima. Por ejemplo, Amazon tiene el asistente virtual “Alexa”, un pequeño aparato que puede escuchar las preguntas u órdenes de su propietario y responder de forma inmediata con una voz creada por la interfaz.
El lanzamiento de productos innovadores como “Alexa”, permite vislumbrar robots o máquinas que puedan atender dudas sobre cualquier tema, ayudar o incluso instruir en su totalidad a un estudiante en su proceso de aprendizaje.
Anthony Seldon, experto en educación, también vicerrector de la Universidad de Buckingham, en Reino Unido, aseguró que los robots podrían tomar protagonismo en la educación durante las próximas décadas.
«La inteligencia artificial llegará cada vez más al aula, pero trabajará con los maestros. No los reemplazarán por completo. Serán mejores en distintas cuestiones: tendrán interacciones más rápidas, efectivas, precisas y personales con los estudiantes, pero los humanos desempeñarán otras funciones que los robots no pueden. Adoptarán un papel de ‘supervisores’, de monitorear el progreso de los alumnos», explicó Seldon en una entrevista con Infobae.
Desde inicios del siglo XXI, numerosas universidades de China, Estados Unidos, Alemania y Francia han diseñado y realizado pruebas de conferencias o pequeñas clases con robots preparados con inteligencia artificial. En el caso de Venezuela, en julio de este año fue presentado en la Universidad Católica Andrés Bello, (Ucab) un pequeño robot llamado Sima.
El aparato tiene vibrantes colores y un diseño con extremidades, similar al de un niño, y funciona comandado por el celular o la voz de su propietario. Fue creado para dar acompañamiento a los maestros de educación inicial, puesto que el robot tiene tres bondades otorgadas por la AI.
Permite crear, desarrollar o modificar las interacciones y los contenidos en cualquier idioma. Además, puede generar interacciones sociales; se esquematizó para que los docentes tengan el poder de escoger qué temas o qué actividades trabajarán en el aula. También tiene un chatbot que gestiona las interacciones sociales para que el robot conozca al niño con quien trabaja. Inclusive, se convierte en empático. Por último, genera respuestas semi abiertas para atender consultas de los estudiantes.
Visto desde ese ángulo, el apoyo que podría generar un robot a un docente lograría hacer que su trabajo sea más dinámico, creativo y tecnológico. Sin embargo, la posibilidad de que las máquinas reemplacen al docente está cada vez más latente.
El profesor Cendrós opina que, más allá de querer conservar un empleo, la docencia es una carrera que involucra la psicología, la paciencia y el acercamiento de persona a persona para poder dar fluidez al conocimiento, por lo que aseguró que un humano impartiendo clases siempre será necesario, sea en modalidad presencial u online.
“El profesor tiene que seguir existiendo y tiene que ser real, tiene que estar en contacto con sus estudiantes, el calor humano es importante, eso jamás debe eliminarse. No quisiera que se pierda la perspectiva de que somos seres humanos, de que el contacto y la socialización en ciertas etapas de la vida son indispensables, y que para educar a un humano se necesita de otro humano”, expresó el educador universitario.
Estudios futuristas exponen que hay características propias de los buenos docentes que los robots no podrán reemplazar: la inteligencia socioemocional, la creatividad, la capacidad de inspirar a sus estudiantes. De hecho, el trabajo de los educadores, según un algoritmo desarrollado en Oxford, es uno de los que corre menos riesgos de ser automatizado.
“La verdad yo creo que no hay como recurrir a una persona y verle a los ojos, sentir como esa persona está fascinada con lo que hace, está apasionada por educar, y eso no lo va a transmitir un robot o una máquina, yo creo que más allá de poder converger los dos en una misma plataforma, la educación por medio de un profesor siempre va a ser más enriquecedora, porque la persona está más preparada. Aunque un robot pueda responder 100 preguntas al mismo tiempo, el tacto con la persona nunca se debe perder a pesar de los años”, afirmó el estudiante de Comunicación Social, Ricardo Lugo.