Robots amas de casa y recolectores de basura, la ayuda del futuro en los hogares zulianos

Los zulianos ven un futuro donde las tareas del hogar ya no sean un fastidio, ya que existirán máquinas que realicen estos deberes. Atrás quedará la escoba y el lampazo, porque un robot será capaz de ayudar a las amas de casa para limpiar y cocinar mientras ellas se dedican un tiempo libre. El Lago tampoco será olvidado, especialistas ya planean crear un robot para limpiarlo

Darianna Moreno

Darianna Moreno

Maracaibo, 2001. Egresada de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica).

Para una madre los quehaceres del hogar y la rutina diaria del trabajo pueden convertirse en una tarea desgastante, aún más cuando se tienen a dos hijos pequeños al cuido. Pero, “sería maravilloso tener un robot ama de casa que haga todo por ti” y es así como Paola Rodríguez empieza a relatar su deseo del futuro.

El día para ella empieza a las 7:00 de la mañana. Al despertar, su hijo Daniel, de 3 años; y su consentida Sofía, de 2 años, son sus acompañantes durante el día mientras su esposo trabaja. Entre hacer el desayuno, bañar a los bebés y limpiar el hogar, la mañana se pasa tan rápido como un abrir y cerrar de ojos.

“Hay días donde no me da tiempo de acomodar la casa, es por eso que casi siempre la sala está llena de juguetes por todos lados”, contó mientras sus pequeñitos jugaban con carritos, muñecas y legos.

El mediodía llega con la hora del almuerzo y aunque Daniel y Sofía ya sepan comer solos, de igual forma deben ser supervisados por un adulto. La garantía es que después de la comida, los niños toman una siesta de entre una y dos horas, es ahí cuando Paola se puede dedicar a su trabajo de florista.

Arreglos con golosinas, encargos de peluches y ramos de flores son las maravillas que realizan las manos de esta mamá zuliana de 25 años, sabiendo que al terminar debe encargarse de los deberes de la casa como lavar los platos y barrer, que comúnmente son tareas diarias.

“Ama de casa (…) trabajando noche y día esa que nunca descansa”, describe un fragmento de la canción de la banda española Ecos Del Rocío.

Ya son las 4:00 de la tarde y el pequeño llanto de Sofía hace levantar a Paola de la silla donde estaba descansando unos minutos… Al cargarla los quejidos de la niña desaparecen pero los quehaceres pendientes de ella se acumulan. 

 “Yo quisiera que ese robot (ama de casa) me ayudara en la limpieza, a preparar las tres comidas y a acomodar los cuartos. Así me puedo dedicar más a mi trabajo y a cuidar a los bebés”, manifestó.

El sueño futurista invade el subconsciente de Paola y la hace visualizar un futuro donde las máquinas robóticas beneficien los hogares zulianos, en el municipio San Francisco, lugar donde convive con su hermosa familia desde hace seis años.

El deseo lo comparten otras amas de casa, quienes debido a su jubilación laboral ahora solo se dedican al quehacer del hogar. Una de ellas es Carmen Pírela, una economista de 73 años que desde muy temprano en la mañana su primer trabajo es preparar un exquisito café para luego encargarse de la comida y más tarde de la limpieza.

Alcanzar el piso 70 implica muchas cosas, para algunos el cabello quizás se torna canoso aunque para la mayoría la energía se va disminuyendo; y es así cómo la imaginación de Carmen fue expandiéndose al visualizar un robot futurista.

“Por mi edad a veces me cuesta realizar todas las tareas de la casa, yo me dedico más que todo a la cocina, pero hay días donde también me toca limpiar y eso me deja muy cansada, con un robot que haga todo por mí me ahorraría horas de cansancio”, expresó.

Además, para Carmen, quien es abuela de tres mujeres y bisabuela de dos niños, tener un robot ama de casa no solo la ayudaría con sus deberes, también le brindaría tiempo libre para realizar sus pasatiempos favoritos como cuidar sus plantas, tejer vestidos para su nieta de un añito, coser y compartir con su familia.

“¿Has escuchado sobre Robotina?”, dijo Carmen al pensar en la serie animada “Los Supersónicos”, una caricatura que amaba ver junto a sus tres hermanos durante su niñez.

Robotina era un robot ama de llaves de la familia Sónico, un grupo de cuatro integrantes y una mascota que vivían en el futuro. La serie revolucionó en los años 60 y hoy, quienes tienen entre 50, 60 y 70 años, se ven de esa manera en el mañana.

Aunque 100 años se vean muy lejanos para que llegue este invento al Zulia, cada día estas ideas se vuelven más reales; tal es el caso del robot “Bella Fátima”, la primera mesonera robótica en Venezuela que deslumbró a los clientes de un restaurante en Los Teques, estado Miranda; ya que con su ternura y rapidez sirve los platillos, bebidas y hasta canta el cumpleaños a los comensales.

Bella Fátima llegó en junio pasado al país y fue creada por la empresa japonesa PuduRobotics, cuya sede está ubicada en Shenzhen, China. Su llegada ha sido tan popular que cientos de venezolanos han visitado el lugar solo para conocerla. Incluso, durante la transmisión del programa “Con Maduro+”, el robot sirvió café al presidente Nicolás Maduro y a sus invitados dejando una buena referencia de los avances tecnológicos que están revolucionando en Venezuela.

Ahora bien, ¿te imaginas un futuro dónde estas máquinas robóticas no solo realicen un papel importante en los hogares marabinos sino también a lo largo y ancho de todo el estado Zulia?

Como en la película animada WALL-E, donde cientos de robots se encargan de atender las necesidades del ser humano y recoger la basura para sanear el medio ambiente, el líder de la Selección Venezolana de Robótica en el mundial FIRST Global Challenge, Emanuel Andrade, pensó en un estuario zuliano recuperado, calles limpias y unas áreas verdescuidadas en Maracaibo.

Desde la Biblioteca Pública del Zulia, ubicada en la avenida El Milagro, el joven zuliano se imaginó una metrópolis futurista en el año 2123 donde existan máquinas robóticas autónomas que sean capaces de recolectar los desechos sólidos con sus brazos mecánicos y compactarlos para que sean desechados posteriormente.

Estando a solo 1,2 kilómetros de distancia de la Playa Macuto, situada al fondo de la biblioteca y al lado de la Vereda del Lago, Emanuel mencionó varias riberas del Coquivacoa que han estado envueltas por la contaminación, teniendo la esperanza de que en un futuro el escenario será totalmente distinto.

Y es que gracias a sus años de formación para graduarse de Ingeniero en Electrónica, mención: Automatización y Control; desde hace varios años imparte sus conocimientos junto a otros nueve jóvenes en el Team Venezuela, creando ideas e innovaciones para diseñar un mañana prometedor de la mano de los robots.

El año pasado, estos chicos crearon el robot “Catatumbo” capaz de recolectar, almacenar, trasladar y arrojar átomos de dióxido de carbono. Además de poseer un brazo mecánico que soporta hasta 120 kilogramos.

Además, su sabiduría en la robótica y el amor por la ciudad que lo acoge lo hicieron ir más allá. Es por eso que su próxima meta será la creación de un robot que recoja la basura en las típicas avenidas, esquinales, áreas verdes y espacios públicos que son los más azotados por la contaminación ambiental.

“Yo creo que la robótica tiene muchísimos campos (…) Sería bueno un robot que recoja la basura que tanto nos cuesta recoger, el humano suele no ser muy limpio en ese aspecto, entonces crearemos un robot para que recoja la basura”, describió Andrade.

Es por ello que atrás quedaran los tradicionales camiones recolectores de basura y en su lugar existirán robots distribuidos en las diferentes parroquias que conforman los municipios zulianos. Así como también “microrobots que puedan salvar y limpiar el Lago”, destacó el marabino Neomar Oñoro.